Lo primero es que, efectivamente, no hay que confundir los kit de reparación de pinchazos que lo que incluyen son útiles para reparar el pinchazo (normalmente alicates, punzón y tiras con material vulcanizante) con los kit antipinchazos de espuma que cada vez ofrecen más fabricantes en sus nuevos modelos, en sustitución de la rueda de repuesto. Estos kit antipinchazos a veces son opcionales, y en otras son “obligatorios”, sobre todo en coches en los que no cabe una rueda de repuesto, o en los que su instalación sería crítica, como vehículos deportivos, coches híbridos en los que la instalación de las baterías apenas deja espacio, etc.
Hay marcas que dan la opción al cliente de elegir entre la rueda de repuesto de tamaño normal o la de emergencia (a veces sólo esta última) y el kit antipinchazos. En mi opinión, siempre que puedas, lo mejor es optar por una rueda de repuesto de tamaño normal. Sólo si no es posible montar una rueda de repuesto del mismo tamaño que las otras cuatro prefiero una rueda de emergencia a un kit antipinchazos. Vale, dirás que una rueda de emergencia, sobre todo en coches con neumáticos grandes o muy anchos, ofrece mucha menos seguridad al tener menos agarre, y además te obliga a circular a velocidades inferiores a los 80 km/h. Pero al menos te garantizas continuar la marcha ante cualquier tipo de pinchazo o avería del neumático, cosa que no es posible con un kit antipinchazos. Como alternativa, si te preocupa mucho este asunto y tu coche sólo puede llevar kit antipinchazos o rueda de repuesto, yo me plantearía incluso llevar las dos cosas.
¿Qué ventajas y desventajas tienen los kit antipinchazos? Pues la primera ventaja es para los fabricantes: cuestan menos que una rueda de repuesto, sea de emergencia o estándar. La segunda es compartida, para fabricantes y usuarios: se ahorra espacio (y por tanto puedes ofrecer más maletero) y peso (cada gramo cuenta a la hora del consumo). Desventajas tienen unas cuantas. Para empezar, la espuma de los kit antipinchazos sólo es efectiva en caso de pinchazo, no sirven para nada si la rueda se raja por un flanco, y mucho menos en caso de reventón. También hay quien piensa que le sería más fácil utilizar un kit antipinchazos que cambiar una rueda. Y es cierto, no se necesita aplicar fuerza para mover la rueda o desaflojar y apretar los tornillos. Pero ojo, al final, reparar un pinchazo con un kit antipinchazos puede acabar llevando más tiempo que cambiar una rueda, porque los compresores que vienen con estos kit antipinchazos, que funcionan enchufados al mechero, tardan mucho en hinchar de nuevo el neumático. Y cuando pinchas y tienes que parar en el arcén de una vía rápida para arreglarlo, lo mejor es quitarse de en medio lo antes posible…
Una desventaja adicional de los kit antipinchazos es que la espuma sellante caduca (normalmente cada 4 años), y hay que sustituirla. Igualmente, una vez lo utilizamos, hay que comprar un bote nuevo de líquido o espuma sellante, y los precios pueden ir desde los 20 hasta los 50 euros.
Por último, una cuestión que ha generado algo de polémica es si realmente se puede seguir utilizando el neumático o no tras aplicar la espuma sellante. La respuesta es afirmativa, pero con matices. Lo que recomiendan los fabricantes de neumáticos es utilizar los kit antipinchazos como herramientas de reparación temporal o transitoria, y acudir cuanto antes a un taller especializado en el que un especialista pueda retirar el producto sellante, y, sobre todo, verificar que el neumático no ha sufrido daños por haber rodado durante un tiempo con una presión que no es la adecuada. Ten en cuenta que normalmente, y salvo que tu coche lleve sensores de presión de las ruedas, no te sueles dar cuenta de que la rueda ha perdido presión al instante, y esos metros –o kilómetros- que ruedas con poco –o casi nada- de aire pueden dañar la estructura del neumático, por lo que es peligroso seguir rodando muchos kilómetros tras reparar un neumático con un kit antipinchazos sin verificar primero su estado.
Aquí es donde encontramos otra de las desventajas de los kit antipinchazos. Es cómodo para salir del paso y continuar la marcha, pero al final, además del precio del propio líquido hay que añadir el de la propia reparación del pinchazo, que será más cara que la de un pinchazo normal, al tener que limpiar de restos de material sellante tanto la llanta como la cubierta, que también pueden provocar problemas con el equilibrado y con los sensores de presión de las ruedas, en los coches en los que éstos últimos van integrados en las válvulas.