Lo normal es que un neumático llegue antes al final de su vida útil por desgaste que por caducidad. Sí, has leído bien, caducidad. Y es que los neumáticos también envejecen y llegan a caducar, aunque no utilices el coche o hagas muy pocos kilómetros. Lo malo es que muchos usuarios no lo saben, y hay quien circula con neumáticos aparentemente en buen estado en cuanto a dibujo, pero que han perdido gran parte de las cualidades para las que has sido diseñados.
¿Cuándo caduca un neumático? Pues igual que es imposible predecir la duración, lo mismo sucede a la hora de fijar una fecha de caducidad. Piensa que en la fabricación de un neumático intervienen más de 200 componentes distintos, materiales textiles, metálicos y compuestos de goma cuyas propiedades –sobre todo la elasticidad de la goma, de la que depende en gran medida el agarre– evolucionan de forma diferente con el paso del tiempo, y en función de las condiciones climáticas, de almacenamiento o de utilización.
Factores que influyen en el envejecimiento de los neumáticos
Existen distintos factores que pueden influir en el envejecimiento –y por lo tanto en la caducidad– de un neumático. Podemos dividirlos en dos grupos.
El primero no queda bajo el control del usuario, pues afecta a todo lo que se refiere a las condiciones de almacenamiento. Desde su fecha de fabricación hasta el momento de la venta, un neumático debe almacenarse en posición vertical y nunca apilados, protegidos de los rayos solares o de luz artificial con alto porcentaje de rayos UV, protegidos de posibles fuentes de calor y en unas condiciones determinadas de humedad y temperatura; normalmente se recomienda entre 15 y 25 grados centígrados.
El segundo factor importante que influye en la forma en que envejece un neumático son las condiciones de utilización. Aquí, un usuario debe tener en cuenta que sus neumáticos envejecen antes en función de la climatología (el sol o el frío intensos, la sal o el aire del mar afectan negativamente), del lugar donde habitualmente se aparca el vehículo (lógicamente a la intemperie un neumático envejece antes que en un garaje), del tipo de conducción (suave o deportiva) y, sobre todo, del mantenimiento (presiones adecuadas, alineación de ruedas correcta, amortiguadores en buen estado).
Lo que dice la ley y la recomendación de Michelin
Actualmente existe un reglamento que obliga a los fabricantes a identificar el neumático con la fecha y el lugar de fabricación, que deben ir en el marcaje que se incluye en el flanco del neumático. Ya vimos en su momento cómo leer un neumático. Ojo, estas cifras indican la fecha de fabricación, no la de caducidad del neumático, algo que muchos usuarios confunden. Sin embargo, no existe ninguna norma que marque un límite entre la fecha de fabricación y la de montaje o sustitución de un neumático.
Lo que sí existe son unas recomendaciones del E.T.R.T.O (siglas de European Tyre and Rim Technical Organisation), un organismo de normalización europeo, a las cuales se adhieren muchos fabricantes como Michelin, que recomienda siempre una inspección por un especialista una vez al año trascurridos los primeros cinco años desde la fecha del montaje del neumático en el vehículo, y su sustitución a los 10 años desde su fecha de fabricación aunque quede dibujo y no se haya alcanzado el límite mínimo legal permitido de 1,6 mm.
Y llegados a este punto es cuando muchos usuarios piensan aquello de «ya, eso lo dicen los fabricantes para vender más neumáticos, pero los míos tienen más de 10 años y todavía les queda mucho dibujo, y mi coche va de cine». Ante esta postura yo siempre pongo un ejemplo: ¿te arriesgarías a hacer «puenting» con el material o las gomas elásticas caducadas? Pues esto es poco más o menos lo mismo…